miércoles, 26 de marzo de 2008

Algunos textos Inéditos de Marie Langer

ALGUNOS TEXTOS INÉDITOS DE MARIE LANGER [1]
José Perrés H.
José Luis González F.
AUTOBIOGRAFÍA DE MARIE LANGER .
RESPUESTA A UNA SOLICITUD DE ANALISIS.
"LA VOCACIÓN"

Introducción
Como parte del homenaje a Marie Langer, a los diez años de su desaparición física, que la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco a través de la Coordinación de la carrera de psicología organiza., nos es grato publicar estos documentos, dentro del múltiple material que ha quedado inédito, integrado fundamentalmente por seminarios, conferencias, supervisiones, cursos, entrevistas grabadas, cartas, borradores y participaciones públicas muy variadas en diversas partes del mundo.
En primer lugar una breve Autobiografía escrita en el año 1978 a solicitud de un editor norteamericano, Philip L. Emmite, quien aparentemente pretendía publicarla en un libro titulado Perspecives on Mexican Psychology. No sabemos si se haya editado, pero resulta interesante ver la forma en que la autora se presenta a sí misma y comenta aspectos de su vida, su obra, sus inquietudes personales, sus búsquedas e investigaciones, en fin, sus historias.
Hay un detalle inesperado en el que probablemente Mimi nunca reparó. Exiliada en México desde hacía cuatro años y a los 68 de edad, escribe esta autobiografía, exactamente a la edad que tenía Freud al escribir en 1924 su famosa Presentación Autobiográfica. No es extraño que el azar juegue con nosotros, pero en este caso se lo agradecemos, al juntar una vez más en nuestra memoria a dos figuras tan queridas y que tanto nos han marcado.
El segundo escrito que presentamos resulta aún más curioso. Se trata de una carta respuesta. Quizá la pregunta que se le hace a Marie Langer y la contestación que ella escribe, hayan sido parte de algun proyecto editorial. Supuestamente cierto sujeto (imaginario o tal vez real), inquiere a la Doctora para acceder a un análisis individual. El que pregunta afirma que “habiendo elegido siempre los mejores médicos, es decir, los conocidos para hacerme atender”, solicita por escrito la opinión y la orientación de Marie Langer, aparentemente por su imposibilidad de sostener económicamente un tratamiento psicoanalítico. Para esas fechas Marie Langer pertenecía a la Asociación Psicoanalítica Argentina, que había cofundado y en la que trabajó activamente y con dedicación durante 29 años como analista didacta, como docente del Instituto de Formación y donde integró muchas veces las mesas directivas de la propia Asociación y sus diversas comisiones académicas.
Llama la atención a primera vista en su respuesta , un apego extremo a los lineamientos institucionales más tradicionales de la I.P.A. (International Psycho-Analytical Asociation). Para los que la conocieron en sus últimos años, parecería una contradicción, que aunque reparada por la historia, causa desconcierto. Pero si se lee atentamente se observan sus inquietudes e incluso sus convicciones políticas ante lo que denomina un “amplio y doloroso problema social”. No en vano pone como ejemplo que una vivienda adecuada puede ser esencial para la salud mental y que ello tampoco suele estar al alcance de gran número de personas. Como escribiría años después, precisamente en la Autobiografía ya mencionada, habiendo ya cuestionado su propio atrapamiento institucional anterior: “El psicoanálisis me interesa mucho. Pero combato su elitismo y la ideología que le imprimen sus instituciones. Nunca creí que fuera un instrumento para cambiar el mundo. Pero sirve, sin duda, para entender profundamente al ser humano”. Agregaba después de modo contundente lo que hubiera dicho y que no dijo en su respuesta a la carta anterior: “ Lo primero me lleva a colaborar con todos los que intentan, aunque con modificaciones hacerlo accesible (el psicoanálisis) a las masas no pudientes...(ya que) un análisis que prescinde del contexto social, no basta para comprender al hombre”.
En torno al tema de la casa que acabamos de mencionar, recordamos una pequeña anécdota que la ilustra. Nos decía Mimi, hablando de dinero, que el mayor monto que ella podía concebir era precisamente el valor de una casa, el hábitat imprescindible del ser humano. Todo lo que excediera ese importe entraba ya en el registro de lo inimaginable e innecesario.
El tercer inédito que presentamos consiste en una conferencia de dos que realizó en el Centro Asistencial “el Peñón” en 1965, sobre la temática de la vocación, pensada en términos psicoanalíticos dentro del paradigma kleiniano que ella había asumido y desarrollado, dirigido aparentemente a un grupo de estudiantes. Su mayor interés radica precisamente en ser un tema poco abordado por Mimi en sus escritos y en sus intervenciones públicas, aunque en las supervisiones clínicas lo mencionaba con frecuencia como una objetivación de una historia de vida en el analizando. Incluímos una ronda de preguntas y respuesas realizada al término de esa conferencia resumida por el Dr. Fernando Acuña.
En síntesis, tres documentos de distintas épocas con los que evocamos diferentes facetas de esa “vieja dama sabia” - como decía E. Pavlovsky- firme e inmutable, que continúa brindándonos sus convicciones, su frescura juvenil, sus esperanzas y su capacidad de lucha por un mundo mejor, tanto a nivel interno como externo. Por siempre..
J.Perrés y JL.González F.
Ciudad de México, noviembre 1997
[1]Publicado en Perrés, José y González F. José Luis. Marie Langer una bibliografía en proceso. Universidad Autónoma Metropolitana. México. 1997.


Documento Primero


AUTOBIOGRAFÍA DE MARIE LANGER
(Marie Lisbeth Glas).
Ad.I [2] Nací en 1910 en Viena, cuando ésta todavía era la capital del Imperio Austro-Húngaro. Cursé ahí todos mis estudios y me recibí en 1935 de médica. Ya antes había empezado mi análisis didáctico con Richard Sterba y mi formación en la Wiener Vereinigung (Instituto de Psicoanálisis de Viena). Ya terminado mi análisis, en 1936, interrumpí mi carrera, para ir, junto con mi marido, el cirujano Máximo Langer, a España, en donde había estallado la guerra civil. Entramos como médicos a las Brigadas Internacionales. Salimos de España en los últimos días del año 1937. Por causas políticas ya no pudimos volver a Austria. El Anschluss nos sorprendió en Checoslovaquia. Emigramos al Uruguay y, en el 1942, a la Argentina. Justo cuando llegamos a Buenos Aires, cinco psicoanalistas estaban formando la asociación. Me invitaron a participar. Fui así miembro fundador de APA (Asociación Psicoanalítica Argentina), como años más tarde de la Asociación de Psicología y Psicoterapia de Grupo. En ambas organizaciones desempeñé diferentes funciones y cargos, inclusive la presidencia. Fui, durante los 29 años que pertenecí a APA, analista didáctica. En el Congreso Psicoanalítico Internacional, Roma 1969, época de dictadura militar en la Argentina, me afilié, junto con otros colegas a Plataforma Internacional, organización que se proponía cuestionar desde adentro la ideología de la formación y de la práctica psicoanalítica de la International Psychoanalytical Association y de las sociedades dependientes de ella. Un tiempo después, entramos un grupo numeroso de analistas a FAP, la Federación Argentina de Psiquiatras. Esta agrupaba a los psiquiatras más progresistas y trabajaba en 3 niveles: el gremial, el científico y el político. Nuestra pertenencia y actividad en Plataforma y FAP provocó a la larga conflictos con APA que nos llevaron, junto con otro grupo afín, llamado Documento, en 1971, después del Congreso Psicoanalítico Internacional de Viena, a renunciar a la Asociación Psicoanalítica Argentina e Internacional. En el Congreso presenté un trabajo, muy comentado en ese momento, bajo el título de "Psicoanálisis y/o Revolución Social".
Más adelante describiré la labor que desarrollamos en FAP, después de nuestra salida de APA. En ese mismo año regresé al hospital. En 1973 se dio una importante apertura democrática en la Argentina y en 1974 fui nombrada profesor asociado de Psicología Médica en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. En junio de 1974 fui invitada a México por el Dr. Armando Suárez, fundador del Círculo Psicoanalítico Mexicano a participar en una serie de conferencias y una mesa redonda sobre el tema "Locura y Sociedad". Estuvimos Armando Suárez, Franco Basaglia, Igor Caruso, Thomas Szasz, Eliseo Verón y yo. En esta oportunidad me vinculé con colegas mexicanos que compartían mis ideas, sin saber todavía que, meses más tarde, las circunstancias políticas de la Argentina me obligarían a una nueva emigración.
Desde octubre de 1974 vivo en México. Trabajo como maestra en Estudios Superiores de Psicología Clínica en la Universidad Autónoma y como asesora y supervisora clínica en los Centros de Integración Juvenil, organización que se dedica a la asistencia de jóvenes drogadictos y la prevención primaria. También me dedico, como siempre al psicoanálisis.
Enviudé en 1965. Tengo 4 hijos y 9 nietos. [3]
[2]En el cuestionario se solicitaba lo siguiente: I.-Resúmen autobiográfico. II.-Resúmen del trabajo de la autora. III.-Reflexiones sobre su trabajo. 1) Principios filosóficos y visión del mundo. 2) Preguntas que se hace en su teorización. 3) Su filosofía de la educación. IV.-Reflexiones sobre el futuro de la psicología en México. 1) El estado o condición de la Psicología en México. 2) El Porvenir de la psicología en México.
[3]Actualmente son 13 los nietos, Marie Langer llegó conocer a 12 de ellos.
Ad II. Siempre me preocupó la situación de la mujer en la sociedad y el papel secundario que se le atribuye. Querría entender y captarla en sus funciones y diferencias con el hombre. Durante mi labor de psicoanalista empecé a interesarme en el problema de la esterilidad psicógena. Ocurrió esto, porque entre los primeros casos que traté hubo casualmente dos mujeres, estériles durante muchos años de matrimonio, que se embarazaron durante y gracias al tratamiento analítico. Empecé a investigar, a reflexionar y a escribir. Publiqué "Maternidad y Sexo", libro editado por primera vez en 1951, actualmente en su cuarta edición. En estos momentos se está preparando su publicación en italiano. —En este libro muestro y ejemplifico con material clínico, basándome en la teoría de Melanie Klein sobre las ansiedades tempranas, el complejo de castración femenino y las fantasías inconscientes que resultan de estos temores en interacción con determinadas situaciones traumáticas reales, como se producen los diferentes trastornos psicosomáticos de la vida procreativa femenina. Demuestro también como esta problemática, siguiendo el esquema de Enrique Pichon Riviere de área uno, área dos, área tres (mente, cuerpo y sociedad) pueden llevar a las mujeres a expresar sus conflictos de manera meramente psicológica, somática o en sus vínculos sociales.
Posteriormente, en 1971, en un libro compilado por mí (Cuestionamos 2, Gránica Editor, Buenos Aires) actualizo mis ideas sobre la Psicología femenina como resultante de la condición anatómica de la mujer por un lado —condición que parecía inmutable y cambió radicalmente desde que anticonceptivos seguros le permiten placer sexual sin consecuencias— y su situación social por el otro.
Fui panelista en las Naciones Unidas, el 7 de marzo de 1975, en Nueva York durante el Año Internacional de la Mujer y coordinadora de una mesa del Primer Symposium Mexicano-Centroamericano de Investigación sobre la Mujer (México, noviembre de 1977). Actualmente coordino un seminario, en el cual seguimos investigando cómo los factores anatómicos y sociales determinan la psicología de la mujer, pero también como interpretaciones y metas terapéuticas pueden estar influidas por ideología sexista y de clase.
Mi interés por los procesos psicosomáticos, despertado por investigar los trastornos femeninos, pero también por la convicción de la importancia de la contratransferencia —tema muy privilegiado en APA, especialmente desde los estudios fundamentales de H. Racker al respecto— me llevó en una época a dedicarme a la investigación de la psicología del enfermo grave. De ahí llegamos, Leo Luchina y yo, a preocuparnos por la problemática vocacional y contratransferencial del médico especializado en la atención de enfermos incurables. Publicamos nuestro trabajo bajo el título de Psicología y Cáncer. En esta misma época coordiné un grupo Balint. En este tipo de grupo el coordinador discute con médicos clínicos tanto la psicodinamia y el manejo psicológico de sus pacientes, como las ansiedades y otros sentimientos que estos enfermos le provocan. Tomar consciencia del stress, bajo el cual suele trabajar, lo disminuye, le ayuda en su tarea difícil y en el mantenimiento de su salud mental (se sabe del alto porcentaje del infarto, enfermedad provocada por el stress, en los médicos).
El carácter económicamente elitista del psicoanálisis siempre me había preocupado. Por eso entré entusiastamente con otros colegas —éramos once los fundadores de la institución y del Instituto correspondiente— a la psicoterapia de grupo. Era la oportunidad de hacer el análisis accesible para los no pudientes. En 1957 León Grinberg, Emilio Rodrigué y yo publicamos el primer libro sobre psicoterapia grupal en español (Psicoterapia del Grupo, su enfoque psicoanalítico. Editorial PAIDOS). Este texto, traducido también al portugués está ahora en su cuarta edición. Sosteníamos la tesis del "grupo como un todo" la utilidad de interpretar consecuentemente desde un marco referencial kleiniano. —Los miembros de la Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo introdujimos el psicoanálisis, modificado como técnica grupal en las instituciones sanitarias y hospitalarias, logrando así la satisfacción de un viejo deseo—. Cuando muchos años después regresé al hospital, modifiqué bastante mi técnica. Tenía más consciencia de las necesidades inmediatas del paciente hospitalario que muchas veces exige logros más rápidos, aunque más superficiales. Esto implica, en lugar de tratar siempre "al grupo" estar dispuesto también a interpretaciones más personales, como también a otro manejo del tiempo evitando regresiones profundas. Y, junto con hacer consciente al enfermo su problemática estrictamente psicológica e individual intento ahora, ubicarla también en su contexto social. Más adelante llevé lo aprendido en el hospital también en mi consultorio privado —toda esta experiencia me sirve ahora en mi tarea de supervisora de los Centros de Integración Juvenil, como también con los alumnos de la Asociación Mexicana de Psicoterapia Analítica de Grupo.
En nuestra época "política", 1971-1974 (este último año es el de mi salida algo forzosa de la Argentina) me dediqué, como muchos otros compañeros a retomar y profundizar los vínculos existentes entre marxismo y psicoanálisis. En ese entonces dirigía la "Colección Izquierda Freudiana" de una editorial de Buenos Aires (Gránica Editor). Fue también Gránica, quien nos editó dos libros, compilados por mí —Cuestionamos y Cuestionamos 2— en cuyos textos intentamos, los miembros de Plataforma, cuestionar y analizar las ideologizaciones que había sufrido el psicoanálisis institucionalizado.
En 1973 trabajé, junto con otros compañeros, en la comisión organizadora del C.D.I. (Centro de Docencia e Investigación). Este estaba subordinado a la Coordinadora, que a su vez coordinaba las actividades de la FAP y de la Asociación de Psicólogos y de la Asociación de Psicopedagogos. Haber logrado esta confluencia significaba un progreso muy importante para nosotros. En ese entonces los psiquiatras marxistas ya no discriminaban a los psicoanalistas, tildando su ciencia de "idealista", ni los psiquiatras más tradicionales a los psicólogos, tratándolos como colegas de nivel inferior. Todos nos considerábamos T.S.M., es decir trabajadores de salud mental. En el C.D.I. enseñábamos, al fin, psicoanálisis no elitista, sin pedir a los alumnos agremiados mas que una cuota ínfima, para cubrir los gastos. Pero los filósofos que dictaban materialismo dialéctico e histórico —pensamos que un psicoterapeuta necesita de estos conocimientos— eran pagos, ya que un filósofo en la Argentina suele ser pobre. En esta época, en la cual pertenecía a la directiva de la FAP, tuve la oportunidad de visitar regularmente diferentes instituciones psiquiátricas del interior del país. Posteriormente, ya desde México, en viajes periódicos de trabajo a Europa he estado también en contacto con este tipo de instituciones, adquiriendo experiencia con su problemática institucional. En Suiza me han pedido varias veces coordinar grupos operativos de equipos de psiquiatría.
Para terminar con esta parte del cuestionario, resumo mis actividades en la Argentina: era, durante muchos años analista didáctica de la APA y profesora del Instituto de Psicoanálisis. Cuando había oportunidad, trabajaba en hospitales. Tenía puestos directivos en diferentes asociaciones científicas. Escribía. Siempre ejercía el psicoanálisis en mi consultorio privado. Mas que 20 años atrás, vinieron muchos de los pioneros del psicoanálisis mexicano a formarse en la Argentina. En esta época he sido una de sus maestros.
Ad III, 1 y 2: El psicoanálisis me interesa mucho. Pero combato su elitismo y la ideología que le imprimen sus instituciones. Nunca creí que fuera un instrumento para cambiar el mundo. Pero sirve, sin duda, para entender profundamente al ser humano. Como terapia mejora o cura al paciente y le ayuda, de todos modos, a manejarse mejor. Debiera conducirlo también a comprender el contexto social, en el cual está inserto y llevarlo a una adaptación activa, aloplástica. Además, como ya recalcó Freud, puede ser un factor importante en prevención primaria de salud mental.
Por todo eso me duele que el psicoanálisis no fuera aceptado en los países socialistas, pero también, problema mucho menor que las feministas estén en guerra contra Freud. Lo primero me lleva a colaborar con todos que intentan, aunque con modificaciones técnicas, hacerlo accesible a las masas no pudientes. Por eso también me da placer, trabajar en los CIJ y colaborar con AMPAG. Los estudios sobre marxismo y psicoanálisis obviamente eran dedicados por un lado a ganar a la izquierda y por el otro a mostrar a los analistas que un análisis que prescinde del contexto social, no basta para comprender al hombre. También, un poco ingenuamente, estaban pensados para preparar su futura aceptación en los países socialistas. Con respecto a los diferentes movimientos feministas; son expresión y resultado pero en algo también motor del cambio profundo y justo que en nuestro siglo ha tenido el papel de la mujer. Quisiera que los movimientos feministas puedan utilizar el instrumento del psicoanálisis para acelerar este cambio. Pero justo en el terreno de la psicología femenina Freud sucumbió a la ideología de su época. Hay que recurrir a autores posteriores e investigar por cuenta propia, para entender psicoanalíticamente la problemática de la mujer actual y para ayudarle en su cambio.
Ad.III.3: Igualdad de educación para varón y mujer. Libertad, con responsabilidad, sin la sobreprotección que los psicoanalistas suelen dar a sus hijos. Bajo ninguna circunstancia castigos corporales.
Ad. IV.1 Los psicólogos con los cuales tengo contacto, sea en la Universidad, sea en otras organizaciones, suelen ser bien dispuestos hacia su tarea, con inquietudes vocacionales. Su formación es muy diversa. La licenciatura en psicología de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) está principalmente centrada en el conductismo. En la maestría y el doctorado de psicología clínica —donde yo enseño— el marco referencial es psicoanalítico. La formación es buena, pero muchas veces les falta a los alumnos experiencia vital. Los grupos terapéuticos-didácticos que fueron hechos con los estudiantes de maestría y doctorado en los últimos dos años, en un plan piloto, dieron según mi experiencia —coordiné uno y supervisé dos— muy buenos resultados. Pero todavía no están incluidos definitivamente en el plan de estudio. Los psicólogos, con los cuales trato en los Centros de Integración Juvenil tienen allá la oportunidad de un buen aprendizaje teórico-práctico. Lo mismo ocurre en el AMPAG, donde la Clínica ofrece al terapeuta el contacto con pacientes de otra clase social.
Creo que fue importante el aporte de los psicólogos argentinos y uruguayos que, debido a las condiciones políticas en sus propios países, llegaron en los últimos años a México. Trajeron su experiencia de trabajo de marco referencial psicoanalítico en hospitales y otros centros de salud junto con técnicas de terapia de grupo, de pareja y familia. Generalmente el enfoque ideológico es distinto del norteamericano que hasta entonces prevalecía.
Ad.IV.2 Hay muchas facultades de psicología en México. El número de estudiantes está en aumento constante. Veo un buen porvenir para mi especialidad, es decir, para la psicología clínica. Pero quiero prevenir contra una enseñanza de psicología que se base principalmente en el conductismo norteamericano. Lo que ya allá puede ser dañino —el concepto y la meta de adaptación del niño y adulto al sistema vigente— en un país en desarrollo, como lo es México, desde ya debiera ser sustituido por un enfoque que tiende a la adaptación activa (Pichon Riviere) que desarrolla toda la capacidad creativa del hombre y lo estimula y capacita a modificar su ambiente.
Marie Langer


Documento Segundo


RESPUESTA A UNA SOLICITUD DE ANALISIS
PREGUNTA PARA LA DRA. MARIE LANGER [4]
Mi médico clínico me ha recomendado un tratamiento psicoanalítico (individual, y no en grupo). Siempre he elegido los mejores médicos, es decir los conocidos, para hacerme entender. Pero averiguando sobre analistas, me entero de que por menos de $500 la hora (en algunos casos $300) no conseguiré ninguno. Calculando que tendré que ir no menos de tres horas semanales, el tratamiento resultaría unos $6,000 mensuales. ¿Qué puedo hacer si mi sueldo so excede de los $4,500 mensuales?
Contestación: El problema, planteado por UD. ha sido objeto de preocupación para Freud y para muchos otros psicoanalistas y podría formularse, en términos más generales, de la siguiente manera: ¿Cómo hacer el psicoanálisis accesible a un mayor número de personas y a pacientes que carecen de grandes recursos económicos?
Este problema surge porque, en contraste con otros tratamientos médicos, el facultativo que ejerce el psicoanálisis, tendrá que dedicarse a su paciente varias horas semanales durante un largo lapso de tiempo. No podrá delegar su tratamiento en un auxiliar, ni permitir que se vuelva rutinario. Tendrá que prestar a su paciente una atención plena y constante. Por eso considero que el reproche que a menudo se hace al psicoanalista, de ganar excesivamente, es injustificado. Porque mientras que un clínico conocido atenderá en una tarde de consultorio fácilmente de 15 a 20 enfermos; el analista no podrá atender más que 8 ó 9 pacientes en todo un día. Pero mientras que se considera lógico que el clínico experimentado cobre $300 ó $500, a aún más por consulta, los mismos honorarios pedidos por toda una hora de trabajo intensivo por el analista son criticados como excesivos.
Es cierto, podrá contestarme que el clínico y más todavía el cirujano conocido ganan mucho con su clientela particular. Pero cumplen con su deber social, atendiendo por poca remuneración en los hospitales a todos los necesitados.
Antes de entrar directamente en este tema, quisiera aclarar un hecho poco conocido: El psicoanálisis es una especialidad, cuya formación puede adquirirse solamente a través del propio análisis, largo y costoso exige además un estudio prolongado e intensivo, cuya enseñanza se imparte en los institutos de psicoanálisis. Debido a la orientación organicista y antipsicológica de nuestras facultades de medicina, el médico llega al instituto sin ninguna base teórica que pueda servirle en su formación. Dedicará, entonces, durante años, varias horas diarias, no remuneradas desde ya, a esta, mientras que sus profesores, analistas experimentados, dedicaran también tiempo no remunerado a su enseñanza.
¿Pero este tiempo dedicado a la formación realmente impide al analista, a asistir a un hospital y analizar a los necesitados? No forzosamente. Sino ocurre que el método psicoanalítico clásico, justamente porque exige una dedicación larga y continuada a cada paciente, no se presta para la atención hospitalaria. Recién en los últimos años pudieron elaborarse formas de aplicación del psicoanálisis a tratamientos psicoterapéuticos más breves individuales y colectivos. Principalmente la psicoterapia del grupo ha permitido resolver este problema. Es igualmente de importancia, la orientación psicoanalítica de los padres de niños enfermos. A todas estas tareas se dedican actualmente muchos psicoanalistas en distintos servicios hospitalarios.
Pero me dirá Ud., su clínico no le indicó un tratamiento psicoterapéutico de base analítica, sino un psicoanálisis, para el cual le faltan los medios. En Europa, en las asociaciones psicoanalíticas más antiguas existen clínicas, en las cuales personas sin medios son atendidos por una remuneración pequeña al alcance de ellos que no es percibido por el analista que los trata, sino por la institución. Aquí estamos actualmente estudiando la posibilidad de crear una clínica de este tipo.
¿Resolverá esta su problema personal y el de tantos otros? Me temo que no, porque la clínica podrá absorber solamente un número ínfimo de pacientes. Tropezamos aquí con un problema social doloroso y mucho más amplio. Para la salud mental de determinadas personas, una vivienda adecuada, por ejemplo, puede ser de tanta importancia como cierto tipo de tratamiento. Y ambos pueden estar fuera de su alcance en nuestra sociedad actual.
¿Qué hacer entonces? Con todo, su situación no me parece tan difícil. Le aconsejo consultar al médico e guardia de la Asociación Psicoanalítica Argentina, quien le atenderá gratuitamente. Él podrá decirle, si realmente en su caso la psicoterapia de grupo esté contraindicada o podrá ver si encuentra a un psicoanalista, cuyos honorarios estén a su alcance o, finalmente, si hasta ahora Ud. siempre pudo atenderse con los "mejores médicos", a pesar de lo limitado de su sueldo descubrirán, tal vez, en una conversación más a fondo cómo usted podrá encontrar los medios de financiar los gastos de su tratamiento
Dra. Marie Langer
[4] Desconocemos si la pregunta fue realizada por un candidato a análisis o bien para cierto tipo de nota a incluir en alguna publicación, ya que la carta está membretada por una editorial y al final de ella se le solicita una fotografía para “ilustrar” su respuesta.



Documento Tercero
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"LA VOCACIÓN"
Conferencia de la Dra. Marie Langer, realizada en el Centro Asistencial del Este "El Peñón", el 4 de marzo de 1965.
La presente conferencia está destinada al estudio de las causas que impulsan a un individuo a escoger determinada profesión u oficio. En ella se señalan los aspectos sanos o patológicos que pueden impulsar inconscientemente la ser humano en dicha elección.
En Psicoanálisis el tema ha sido poco tratado. Últimamente en Buenos Aires el Dr. Wender ha presentado un trabajo al respecto. Erickson se ha ocupado indirectamente del tema en su libro "Infancia y Sociedad".
El tema es complejo y generalmente es enfocado desde muchos ángulos ya que abarca aspectos muy diferentes.
En el aspecto social ocurrió con la Vocación lo mismo que una época sucedía con el amor. El amor era hace algún tiempo, un privilegio reservado a unos pocos y sólo fue posteriormente cuando surgió el derecho al amor individual. Durante mucho tiempo sólo existieron dos vocaciones posibles: la vocación religiosa y la vocación médica. En las tribus primitivas, ambas coincidían generalmente. No existían otras vocaciones diferentes a estas y las otras actividades que desempeñaban, tanto el hombre como la mujer, estaban ya decididas y organizadas previamente, incluyendo en todo esto aspectos sociales, de castas, etc.
En la actualidad y en términos generales, parece que el poder seguir el llamado vocacional es en cierto sentido un privilegio que abarca la clase media y esto debido a la influencia que ha tenido la enseñanza gratuita. En todo caso es una situación que depende de los social.
En términos más especiales, podemos decir que si una persona desea seguir una vocación que sea muy especial, depende lógicamente de la sociedad y de que haya una necesidad social para que pueda asumir tal o cual "rol".
La identificación ha jugado un papel muy importante. Lo que fuere el padre o similares, influían mucho en la vocación del joven, pero hoy podemos decir que en ella influyen además factores internos de suma importancia.
APORTE DEL PSICOANÁLISIS EN LA COMPRENSIÓN DEL FENÓMENO DE LA VOCACIÓN, EN SU FISIOLOGÍA Y PATOLOGÍA
Vocación es un llamado. Marañon nos habla de la vocación sacerdotal y de la médica como las dos únicas vocaciones auténticas. En la religiosa se supone que quien llama es Dios, pero analíticamente el "quien llama" se vuelve mucho más complejo.
Yo pensé que quien llama es un objeto interno necesitado o uno externo necesitado y destruido que llama a la persona para que le ayude. Pensé que quien llama es el super yo o el objeto dañado mismo, pero en una discusión en la Asociación Psicoanalítica Argentina, un compañero, el Dr. Abadi me dijo: "llama también el niño mismo, el niño que uno ha sido que sigue exigiendo ayuda, Reparación, alimento, cariño, etc." Esto es cierto. Después seguí pensando en los conceptos de mundo interno tanto en las concepciones de la escuela clásica como de la escuela inglesa. Este mundo tiene diversas partes:
a) el niño que hemos sido,
b) el niño que hubiéramos querido haber sido; todo un mundo muy complejo de fantasías y de partes infantiles,
c) los objetos (en sentido psicológico), con los cuales hemos tenido contacto desde el primer momento de nuestra vida. Estas personas han quedado incorporadas en la fantasía a este mundo fantástico.
Entre estas partes se establece "el quien llama a quién" para ser reparado.
EL PSICOANÁLISIS CLÁSICO
Freud dijo que analíticamente se puede explicar vocaciones, logros culturales, pero no se puede explicar en sí la capacidad o el genio.
Para hablar de vocación es necesario considerar tres factores importantes:
a) lo innato (ubicado en el ello), la capacidad innata y hereditaria,
b) la posibilidad social (a menos de que sea genio y cree esa posibilidad social),
c) la historia infantil del objeto.
En el trabajo de Freud sobre Leonardo Da Vinci, habla de un problema conflictual en la constelación familiar de Leonardo, quien fue un gran pintor porque tenía una gran capacidad para pintar y además la sociedad le permitió hacerlo, pero lo que pintaba y el cómo lo hacía, dependía de su propia historia infantil y de la necesidad de repetirla. Freud describió analíticamente el juego de un niño cuando observaba a su pequeño nieto: observó que el niño practicaba un juego que inventó, cuando la madre se iba por un rato. El niño se tranquilizaba de la angustia que le producía esta ausencia, mediante su juego que consistía en un carretel atado a un piolín, lo tiraba afuera de la cuna, lo halaba y el carretel volvía. Cuando aparecía el carretel el niño se tranquilizaba. Freud dijo que a través de este juego el niño superaba la ansiedad que le producía la ausencia de la madre, porque la podía recrear. Dedujo que el juego sirve para elaborar conflictos y angustias. Este aspecto ha sido posteriormente muy desarrollado por otros tales como Melanie Klein, Erickson, etc., pero Jacques un analista inglés va más allá y dice: "Toda actividad social sirve para elaborar ansiedades internas muy profundas".
Nosotros que trabajamos con la mente enferma, nuestra actividad específica nos sirve para elaborar conflictos internos nuestros, y si nos cortasen esta actividad correríamos tal vez el riesgo de enfermarnos mentalmente. Es decir, se elaboran a través de la actividad que elegimos, una cantidad de conflictos propios simultáneamente cuando ayudamos a los demás a elaborar sus conflictos. Tendríamos pues:
a) factor de vivencias infantiles,
b) factor de elaboración de conflictos.
Hay otros factores que tienen relación con la sublimación. Recuerda el concierto de Freud cuando la menciona como mecanismo ideal para la superación de las tendencias pregenitales.
La evolución ideal sería la sublimación o "transformación de un instinto parcial" prohibido o rechazado en algo socialmente útil y que preserva simultáneamente al objeto. Depende en buena parte del nivel social en que se desenvuelva la persona. Así un niño con fuertes impulsos sádicos podría sublimarlos, y de acuerdo con su nivel social llegar a ser carnicero o cirujano. Así cumpliría en ambos casos una función socialmente útil.
¿Qué nos llevó a la Medicina? La curiosidad sexual infantil. El médico para el niño es una figura especial, es el único que puede entrar y ver la intimidad de papá y mamá, del dormitorio, de los niños, etc.; el niño muy curioso se puede formar la idea desde niño que cuando sea grande será médico.
Habría aquí:
a) identificación con personaje estimado en la familia,
b) necesidad de ubicar su curiosidad sexual infantil, y
c) necesidad de reparar.
Estos factores serían los actuantes en el médico o psicólogo que se dedican a la psicoterapia.
Según Melanie Klein, el niño muy pequeño atraviesa por diferentes fases antes de poder integrarse. En un de ellas, en la primera, la esquizo-paranoide, prevalecen muchos temores: al ataque, a la dependencia, etc., y frente a ellos el niño se defiende con inadecuadas defensas, omnipotentes y mágicas. En una fase posterior ya no sufre tanto estos temores, no está a merced de tantos objetos que no son ni personas completas sino partes, a merced de aquel mundo confuso dividido en bueno y malo, sino entiende a la persona total y aprende a querer a la persona total y a preocuparse por ella.
Analíticamente se habla de una necesidad de reparar a estos objetos que en la fantasía fueron atacados y destruidos en una primera época. Habría una Reparación que viene de la época en la cual el niño atacó y destruyó sus primeros objetos y a los cuales pretende reparar en forma mágica y omnipotente e irreal. Sería la Reparación Maníaca. Esta Reparación se caracteriza por:
a) va acompañada de desconsideración del objeto,
b) triunfo sobre el objeto; y
c) control del objeto.
La Reparación puede originarse también de otra fase más integrada, aquella en la cual hay consideración y preocupación por el objeto. Pretende reparar el daño al objeto querido, pues le preocupan los ataques hechos en la fantasía. Esta sería Reparación Depresiva que se caracteriza por:
a) consideración por el objeto,
b) estima del objeto; y
c) cariño por el objeto.
Si en nuestra vocación intervienen muchos factores de la posición esquizo-paranoide, tales como rivalidad, envidia, etc., el "llamado vocacional" no será otra cosa que la actuación de la parte infantil que entra en rivalidad con la madre. Esta Reparación sería omnipotente, maníaca y reflejaría la rivalidad y protesta de la parte infantil contra las figuras parentales.
Si la Reparación es más bien depresiva, correspondería a la parte infantil que tiene consideración, estima y cariño por el objeto y actúa desde dentro del adulto que siente la vocación para reparar el objeto dañado en la fantasía.
Como ejemplo del primero, el pediatra que al tratar a un niño llevado por su madre, termina por acusarla de las causas que han motivado la enfermedad. Conscientemente estaría muy bien intencionado, pero inconscientemente se identifica con el niño enfermo y ataca a la madre como aquel quiso y no pudo hacer en su época. Los reproches del pediatra a la madre equivaldrían a la protesta del niño ante su madre, que quiso decirle entre otras cosas: "qué bruta eres". Su rivalidad rabiosa dirigida a la madre le hace confundir inconscientemente a esta señora con su madre de la propia infancia. Así descarga su deseo oculto desde entonces, de manifestarle que "el lo hubiera hecho mejor". Esta sería una Vocación Maníaca.
La Reparación Depresiva puede observarse en otro ejemplo. Tomando el caso de otro pediatra cuya vocación corresponda a una más integrada, que considere al objeto. No sólo trata de curar al niño sino de que éste se integra más al ambiente familiar y hace lo posible no sólo para ayudar al niño sino también a la madre y al padre. Es pues la forma como su parte infantil trata ahora de reparar el daño que en fantasía causó a sus padres y a sí mismo cuando niño. Esta vocación que hace actuar para reparar este grupo familiar, la llamaríamos Vocación Depresiva.
Estos dos tipos de Reparación intervienen en todos nosotros, dependiendo todo de grado. De hecho, cualquiera que quiera crear algo revolucionario, necesita cierto ímpetu paranoide, demostrar que todo lo hecho anteriormente no estaba correcto, etc. Sería pues una Reparación Maníaca, pero para que la persona pueda estar satisfecha realmente y en forma permanente de lo que hace, necesita una Reparación del otro tipo, más autentica: la Reparación Depresiva. Esta es más genuina porque aspira a reparar lo dañado y protege lo dañado en fantasía y no aspira a lograr como en el otro caso, un triunfo sobre el objeto.
En el creador del método del parto sin dolor, observamos la actuación de la fantasía inconsciente que en su caso lo indujo a una Reparación Depresiva. Era el mayor de once hermanos y por lo tanto testigo de los sucesivos embarazos y partos de su madre. Estos han debido producirle muchos celos y rabia, así como deseos de destruir a la madre, pero su afán reparador ha debido prevalecer pues fue capaz de crear un método tendiente a evitarle sufrimientos a las madres. Quizá en su Reparación hubo una parte maníaca en cuanto al método era una forma de decirle a la madre: "yo lo hago mejor que tú pues es sin dolor", pro con todo prevaleció su deseo inconsciente de aliviar notablemente el dolor ocasionado en el parto de otras madres, todo lo cual significaba una Reparación de la propia.
El método quirúrgico de la obstetricia moderna, que transforma el parto mismo en una intervención quirúrgica parece ser un intento de rivalizar al hombre con la mujer que ha intervenido en muchas actividades que tradicionalmente estaban destinadas a los hombres. La mujer es anestesiada y el hombre partero interviene y "realiza" el parto sin la participación activa de la mujer.
En este caso vemos cómo prevalece la Reparación Maníaca en cuanto tiene el significado de rivalizar y excluir a la mujer de un proceso que le es propio. Así se realizaría nuevamente el ataque por rivalidad inconsciente hacia la propia madre de la infancia, transferida ahora hacia las otras mujeres que van a ser madres.
EN LA PSICOTERAPIA
¿Qué tipo de personas se dedican a lo mental?
Psiquiatría, Psicología, Psicoanálisis, exigen la participación de cierta patología. Una persona muy normal no llega a estas profesiones, pues no le preocupa la mente enferma. Frente a la mente enferma podemos adoptar dos actitudes distintas y estas dos dependen de nuestra propia infancia.
Dentro tendríamos unos padres enfermos, un niño enfermo de conflictos mentales, es decir, llevamos en nuestra fantasía inconsciente un drama entre las figuras de nuestra infancia. ¿Cómo resolverían el drama dos personas distintas de acuerdo a diferentes tipos de Reparación?
a) Reparación Maníaca: Psiquiatra clásico, generalmente culto, brillante, inteligente, ponía al paciente lejos de sí y desarrollaba frente a un público una realización teatral, muy brillante, muy didáctica, sin entrar en contacto con el paciente, le hacía preguntas y así obtenía una demostración muy brillante.
Realiza una labor útil porque enseña muy bien, pero ¿qué pasa con su parte enferma? Coloca esta parte muy lejos, en el paciente, la muestra ahí y la mantiene a distancia y además la castiga por toda la situación (se refiere a la exhibición que tiene que sufrir el paciente, contar intimidades, existiendo cierta burla en esta presentación), el psiquiatra se burla de su propia parte enferma colocada ahí. Si se deja así la Reparación, durante un tiempo sirve, pero a la larga esto perjudica al psiquiatra quien llega a sufrir con todo esto, porque si coloca toda su locura afuera y la trata con desprecio, está colocando afuera una parte de sí mismo, todo lo cual significa colocar partes de sí, partes de su propio yo afuera, con el consiguiente empobrecimiento. Poco a poco se siente empobrecer su identidad, vacío, actor en un papel.
b) Posibilidad Depresiva: Tomar contacto con el paciente; realmente queremos repararlo, pero con el cual nos reparamos simultáneamente.
Podemos reparar en otros a nosotros mismos, siempre que no estemos demasiado perturbados con una necesidad de mantener distancia, una necesidad de triunfo, un temor a estas partes destruidas, sino por un deseo auténtico de reparar lo que creemos haber dañado y si logramos reparar afuera, se habría reparado lo que s e dañó en una época, dentro de nosotros.
PREGUNTAS FORMULADAS A LA DRA. MARIE LANGER
Dr. Quijada: Opinión en cuanto al significado de la pintura del 400. Toda un generación de pintores se concentra al rededor de lo religioso. Pregunta si el ambiente místico de la época habría influido en la vocación de los pintores de esa generación.
RESPUESTA: Influyen muchos factores, pero deseo destacar que la manifestación de la pintura refleja el mundo interno. Recuerdo un reciente estudio sobre la pintura abstracta en el cual se ve este tipo de pintura como una expresión del mundo interno, caótico, desintegrado, influenciado por la guerra, la persecución, la situación política, etc., y en general de un ambiente esquizofrenizante, por la rapidez del desarrollo, falta de atención materna, es decir, ya había una falla del primer desarrollo del lactante, que originaría una prevalencia de una situación esquizo-paranoide que en la persona dotada para el arte lo lleva a pintar figuras abstractas y no "la Madonna con el Niño". Lo que se pinta en este estilo pictórico, serían pedacitos de objetos, es decir, una plastificación de un mundo interno muy primitivo que el niño no logró elaborar. Una persona con disposición innata para la pintura y con pocas tensiones disociativas u otro tipo de madre y de historia infantil, probablemente produzca un tipo de pintura más integrada y no fragmentada al extremo del arte abstracto, en donde prevalecen objetos parciales, colores aislados, etc. Podría producir si es religioso y si el ambiente lo favorece, un cuadro por ejemplo de José y María con el Niño, si no lo es, podría pintar un motivo familiar cualquiera, pero en todo caso no preferiría limitarse a una producción figurativa que comprende sólo "pedacitos de objetos", y en general, aspectos de su mundo interno muy primitivo.
En la pintura del 400 ha podido suceder algo así. Para aquella época, probablemente existió un predominio de la religiosidad en el ambiente, y una situación social que influyó notablemente en los pintores de esa generación, determinando esa clase de pintura.
Dr. Ottalagano: ¿Qué significado tendría la aparición de un conjunto musical como el de "Los Beattles"? ¿Qué clase de Reparación harían con su arte?
RESPUESTA: No se si reparan, pero tranquilizan una inquietud. No los he visto actuar, pero si he visto sus fotos y he oído los comentarios de muchas personas que decían no poder distinguir si eran hombres o mujeres. En nuestra época encontramos una desaparición gradual de los caracteres culturales, de diferencia sexuales, etc., tema tratado por Margaret Mead en algunas de sus obras. Yo creo que en cierta forma "Los Beattles" son eso mismo, traen la confusión sexual de nuestra época, la confusión de identidad. Podríamos decir que reparan en el sentido de tranquilizar las angustias homosexuales de quienes lo siguen en sus actuaciones, el descubrir que son aplaudidos, que tienen éxito y que son ensalzados, pueden calmar la propia angustia homosexual, pues se piensa que tales aspectos no serían ridículos o censurados sino por el contrario muy aceptados.
Dr. López: ¿Cómo explicar el cambio de la vocación en términos de la Reparación maníaca y depresiva; por ejemplo, el cambio de Bernard Shaw de negociante a escritor y el de Lutero después de la "aparición del diablo"? ¿Sería esto un paso de la Reparación maníaca a la represiva?
RESPUESTA: El problema de la vocación se complica aún más cuando descubrimos que poseemos una sola vocación —salvo algunas excepciones—, sino una variedad y todo debido a la complejidad misma del ser humano y su mundo interno. Tenemos necesidades tremendamente contradictorias. Esto lo podemos apreciar en los frecuentes casos de estudiantes que cambian de una carrera a otra por encontrarse insatisfechos. Pienso que esto se debe a una dificultad de Reparación en sí y además de identificaciones muy contradictorias. A veces esto puede resolverse favorablemente en los "hobbies" que representan algo totalmente opuesto a nuestra profesión. A veces puede resolverse mediante el "splitting" o separación brusca, como por ejemplo el psicoanalista que se adentra en los problemas del paciente y trabaja sus propios pacientes a través de la labor que realiza en su paciente, pero además realiza una labor de psiquiatra en otro sitio, en donde su actitud es a distancia del paciente y limitándose a señalar los aspectos patológicos de éste y depositando en él toda la enfermedad mental.
¿Cuál sería Reparación maníaca y cuál sería depresiva? Tendríamos que verlo con más detalle. La situación de Lutero y su actitud revelan que habían muchos elementos paranoides, persecutorios, incluso cuando ya estaba en su propia vocación. En todo revolucionario encontramos fuertes componentes paranoides, tienen que "romper" con muchas cosas, pelear contra muchos. "La aparición del diablo" podría interpretarse como muestra de sus aspectos paranoides. No estamos hechos de un "pedazo sino de muchos pedazos", de muchas necesidades contradictorias y frecuentemente estamos oscilando entre varias de ellas.
Dr. Sotillo: ¿Qué diferencias habría entre la Reparación de lo dañado y la sublimación?
RESPUESTA: No hay diferencias propiamente. Son dos expresiones del mismo proceso. La sublimación surge cuando el niño varón, luego de renunciar a la madre, busca satisfacer sus tendencias primitivas pero sin dañar al objeto primitivo, en este caso, el padre, tenido en un principio como rival.
La Reparación depresiva sería el deseo de repararlo, restaurarlo, porque uno se preocupa por el objeto. En la superación del complejo de Edipo en el varón, cuando éste renuncia a la madre, no sólo por temor a la castración, sino porque quiere al padre y a la madre, es decir, desvía su atención por no dañar a los padres. Habría pues un deseo de reparar a los objetos atacados y supuestamente dañados. Podemos agregar que en la Reparación utilizamos nuestros instintos sublimados.
Existe una sublimación real, verdadera, que se diferencia de una reacción contra impulsos. Puedo citar el caso de un ginecólogo de éxito que súbitamente cuando un día operaba a una mujer le sobrevino un ataque de angustia que le impidió continuar la operación. Explicó que en ese momento se le hizo presente la idea: "estoy abriendo con un cuchillo la barriga de una mujer", y no la idea real de estar realizando una operación quirúrgica para aliviar una dolencia. Su actividad de cirujano en ginecología, al parecer era una mezcla de sublimación con impulsos sádicos dirigidos contra el vientre de la madre. Estos impulsos fueron manejados y colocados a distancia suficiente durante mucho tiempo, pero súbitamente y por algunos cambios que han debido haber en su vida, sus defensas no bastaron e irrumpieron más claramente los impulsos reprimidos, con la consiguiente angustia. Luego de un largo análisis, pudo resolver la inhibición profesional que le aquejó desde aquel momento, debido a una falla de sus defensas. Evidentemente el sentido de su abandono repentino de la operación y consecuentemente de la especialidad, tenían el sentido autocastrarse como castigo de su sadismo inconsciente hacia la madre.
Dr. Aristiguieta: Desearía saber el valor que tendrían ambas reparaciones en la solución más o menos feliz de los conflictos. Si ambas son coexistentes o alternantes o son prevalentes.
RESPUESTA: Ambas son coexistentes, pero alternan en intensidad; pero el logro interno satisfactorio y también a lo largo el éxito externo, depende de la prevalencia de la Reparación depresiva, porque la Reparación maníaca no satisface verdaderamente, sino que acarrea una culpa constante. En la Reparación maníaca, el objeto trata de ser reparado pero no se excluye el control, maltrato, desprecio y hasta la contravención de voluntad del objeto. Se le repara sin considerarle, ya que es tratado no como tal, no como partes propias.
Dr. Aristiguieta: ¿Cómo explicar la solución religiosa, que siendo una Reparación depresiva predominantemente, no termina con la culpa sino repite una y otra vez el problema de la culpa?
REPUESTA: No sé si es depresiva predominantemente, depende de cada caso. Recuerdo la película polaca "Sor Juana de los Ángeles" que describe muy bien un situación conflictiva acaecida a unas monjas en un convento de la Edad Media. La película muestra muy bien una "enfermedad demoníaca" de una monja, con todo el orgullo y narcisismo de ella y su deseo de ser admirada y adorada como santa "por los siglos de los siglos". El escoger la carrera religiosa no era una Reparación depresiva. En esta persona podría decirse que había una situación maníaca extrema que le impulsaba al deseo de ser santa y ser juez de los demás. En un primer plano encontraríamos la culpa y en este aspecto podemos recordar los conceptos descritos por León Grinberg de "culpa persecutoria y culpa depresiva". Si la culpa es persecutoria toda Reparación —aún cuando sea hecha dentro de un convento— sería maníaca.
Finalmente, todos tenemos culpa persecutoria y depresiva, pero en diferentes grados y el predominio de una u otra determinaría el tipo de Reparación.
Dr. Rizquez: ¿Cómo se expresarían las dos clases de reparaciones en situaciones límites? Supongamos un terapeuta con muchos años de experiencia y buen éxito y al cual ya sólo le refieren los casos límites de individuos muy perturbados. ¿Cómo se expresarían estas dos actividades en un caso como el de…
RESPUESTA: Los que somos médicos y disculpen, somos todos un poco hipocondríacos. Hemos estado quizá preocupados desde chicos por lo que pasa en nuestro propio cuerpo, para luego dedicarnos a sanar el cuerpo y luchar con la muerte. Llegamos al campo de la psiquiatría y vemos que la situación no está planteada en términos tan graves. Existe la locura pero el riesgo de muerte no es tan inminente. ¿Qué provoca en uno mismo la situación límite? Si a uno un paciente se le enloquece repentinamente o se suicida, tendríamos que reparar muy concretamente y dependeríamos así de los pacientes. Ahora bien, para manejar estas situaciones debemos recordar los conceptos de mundo interno y mundo externo. Los objetos reales no los podemos cambiar, pero nosotros como psicoterapeutas tratamos de reparar aquellos objetos pero dentro del paciente. Tratamos así de que repare sus "objetos internos". Una de las razones por las cuales el psicoterapeuta debe estar analizado, es precisamente para no depender de la Reparación externa, concreta, que hace de sus objetos, pues así estaría muy expuesto a los riesgos. Necesita pues reparar sus objetos internos para así tolerar la frustración que puedan ocasionarle los objetos externos. ¿Cómo reaccionamos ante este fracaso de Reparación? Depresivamente podríamos pensar: "no somos magos hicimos lo que se pudo. Estamos muy tristes por lo sucedido. En la próxima vez intentaremos hacer tal o cual cosa para evitar que en lo posible pueda suceder, etc." Así en esta forma, nuestro mundo interno está en pie. Papá y mamá están dentro. Maníacamente sería: "Nosotros sí servimos, es la institución tal o cual la que no sirve (la institución donde estaba el paciente que se suicidó, por ejemplo), o el médico anterior que lo vio no sabía, los padres eran tal o cual cosa, etc." La reacción maníaca sería pues: negación de la culpa y proyección en otro y un intento de recuperación lo antes posible de la omnipotencia atacada. La posición depresiva es la modesta. Tenemos límites y tratamos en cada caso de hacer lo mejor posible.
Dr. Acuña: ¿Conviene realizar orientación profesional en la época en que habitualmente se hace —la adolescencia— o sería preferible realizar una observación metódica desde la primera infancia sobre los aspectos intelectuales, de personalidad y aptitudes, como forma de ir siguiendo el desarrollo integral del niño, para luego culminar con una orientación vocacional antes del ingreso a la pubertad?
RESPUESTA: No sé si la solución ideal sería orientar desde un principio o mejor resultado podría obtenerse posponiendo la orientación. El adolescente que viene a consultar tiene una crisis de identidad y de aquí la necesidad de una moratoria para decidir más correctamente. La orientación profesional sólo puede resolver problemas en forma superficial, comparada con la cantidad de necesidades internas que poseemos. Puede ser útil, más que todo, como manera de informar sobre las características y perspectivas de los estudios en las diferentes carreras u oficios. Puede servir también como lazo emocional con una figura tranquila, representante paterno que no presiona. Más allá de esto pienso que no se puede esperar mucho de la orientación profesional.
Lic. Goldberg: ¿En relación con el grado de neuroticismo qué es necesario para ser psicoterapeuta, quisiera saber si no existe el peligro en esta vocación de devolver los problemas sin posibilidades reales de reparar en los demás. Dónde colocar el límite deseable del neuroticismo cuando por ejemplo tenemos que seleccionar maestros para trabajar con niños mentalmente enfermos?
RESPUESTA: Poner el límite es difícil. Una persona que no tiene una preocupación por niños mentalmente enfermos, que no tiene niños mentalmente enfermos adentro, abarcando una parte de su personalidad y la fantasía de una madre que enfermó a este niño también adentro, no se va a dedicar al trabajo como maestro de niños enfermos mentalmente. Para que sea un maestro bueno y en general todo aquel interesado en hacer psicopedagogía o psicoterapia tendría —a mi juicio— que pasar por una experiencia psicoterapéutica propia, para que así pueda darse cuenta de lo que realmente es y qué pasa dentro de sí, para que no confunda sus propios problemas con los de la persona que consulta, sea niño o adulto, neurótico o psicótico.
Freud ya había dicho que la profesión de psicoterapeuta es enfermante, yo agregaría que es enfermante en la medida en que todos reprimimos y proyectamos afuera lo nuestro. Si logramos a través de una psicoterapia profunda arreglar nuestro mundo interno y entendemos así nuestra actividad con los pacientes y no nos confundimos con estos en sus problemas, creo que dicha actividad psicoterapéutica puede durar. Creo que sólo una persona con conflictos elige esta profesión. La elige en el mejor de los casos para resolver sus problemas a través de los que puede resolver en los demás. Si estamos en buen equilibrio psicológico, la profesión puede ayudarnos realmente. Posiblemente si no tratáramos estaríamos peor, pues estaríamos privados de una forma de externalizar lo nuestro de una manera de elaborar nuestros conflictos a través del contacto con los pacientes.
En cuanto a establecer con tests el límite, no me animo pues creo que todo esto hay que verlo desde adentro.
Dr. López: ¿La necesidad de identidad es primaria y anterior a la necesidad de reparar?
RESPUESTA: Si pusiéramos integración en lugar de identidad y creo que en este contexto pueden sustituirse, decimos que para adquirir la sensación de nuestra identidad, tenemos que disponer de todas nuestras partes y objetos. Si tenemos partes y objetos muy dañados e irreparables, no los toleramos y colocamos afuera, como el psiquiatra que exhibe al enfermo y señala en él, tales y cuales características, clocando en él sus propias partes enfermas. No podemos adquirir una buena identidad porque al proyectar perdemos partes importantes. Reparar para adquirir identidad o adquirir identidad mediante la Reparación, son los aspectos de un mismo proceso.
Dr. Bocaranda: He visto en cerca de 30 años de médico, tantas vocaciones fracasadas que he llegado a pensar si se puede hablar de vocaciones puras, si no más bien vocaciones unidas a otros elementos como voluntad, deseos de servir a los demás, entusiasmo, etc. ¿Qué puede usted decirme de esto?
RESPUESTA: Lo que usted dice de tenacidad, entusiasmo, son las cualidades innatas o educadas del individuo. Esto nos lleva a un tema muy importante y es el de la Fuerza del yo. Hay que tener además un yo fuerte para poder sobreponerse a las dificultades que siempre se encuentran en el camino. Parte de la fuerza del yo es lo que usted ha nombrado ahora, la tenacidad, voluntad, etc. La fuerza del yo depende de la integración y en cierta forma es innata. Podemos decir que es una suerte nacer con todas esas cualidades que ayudan a superar las dificultades del camino.
Dr. Jaimes: El problema de la orientación en Venezuela es grave. Aquí a los 15 años el joven tiene que decidir sobre la carrera a seguir. Si durante el periodo de latencia se hiciera una exploración de las aptitudes, se podrían conocer mejor las facilidades del joven, aprovechando este periodo de relativa calma que permite una mejor exploración.
RESPUESTA: Esto va en el mismo sentido de lo que dijo el Dr. Acuña. La parte de aptitud de averiguar cuáles son, es fácil. Allí informamos y nos valemos de entrevistas, tests, etc. Creo que ambos tienen razón y se podría aprovechar la latencia para esta exploración. Se puede informar al joven sobre la realidad social. Pero el problema interno creo que no se puede arreglar desde fuera. La persona sola tiene que hacer su propia experiencia y en este sentido, los cambios de carrera son a veces inevitables. Se le puede aconsejar algo a un joven e indicarle que tal o cual cosa no le conviene, pero el joven puede tener una fantasía inconsciente que nada tiene que ver con le aconsejamos. Internamente está en otro nivel de comunicación. En este sentido, creo necesario que haga su experiencia.
Dr. G. Esquivel: He observado que en algunos psicoterapeutas, después de haberse analizado y haber comprendido su Reparación, adoptan una actitud que parece un poco artificial. Me parece esto contraproducente ante los pacientes y que estos noten algo falso.
RESPUESTA: Si hay esa actitud artificial, algo falló. No hay que tomar el análisis como tan absoluto. Es un proceso interminable y se llega a una solución más o menos buena aún cuando no se llega a todo. De hecho pueden quedar algunos problemas. El análisis tiene sus limitaciones y la constelación analizado-analista-análisis, también tiene sus limitaciones.
M.L.

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